El sadico es condenado a 280 años

México DF; Un juez penal mexicano sentenció a 280 años de prisión a Raúl Osiel Marroquín, relacionado con el secuestro y asesinato de cuatro hombres homosexuales y habrían sido engañados sentimentalmente y luego muertos por el multihomicida.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) acreditó la participación en el secuestro y homicidio de homosexuales, por lo que recibió sentencia superior a 280 años de prisión. Los hechos fueron perpetrados a finales de 2005 en el bar denominado Cabaretito, de la colonia Juárez.

Una vez que este sujeto fue aprehendido y puesto a disposición del juez, el Ministerio Público local demostró la participación de Marroquín en el delito de secuestro agravado y homicidio calificado de cuatro personas.

Las prueba integradas en la primera de las causas permitieron acreditar que, el 30 de noviembre de 2005, Ricardo López Hernández fue interceptado en el referido bar por Marroquín, quien lo convenció de acompañarlo a su domicilio manteniéndolo secuestrado hasta el 9 de diciembre de ese año y por el cual obtuvo un rescate de 28 mil pesos. Posteriormente, le colocó un mecate alrededor del cuello, lo colgó de una trabe y le provocó muerte por asfixia. Más tarde lo marcó con un pentagrama en la frente, lo metió en una maleta de viaje y se deshizo del cuerpo. Por este hecho, se le sentenció a una pena de 60 años de prisión.

En lo que se refiere a la segunda causa penal, se acreditó que el 27 de octubre de 2005, Raúl Osiel Marroquín realizó la misma operación en contra de Jonathan Razo Ayala, por quien solicitó un rescate de 50 mil pesos, y el día 12 de noviembre del mismo año, privó de la vida a su víctima, lo metió a una bolsa de basura y lo dejó en un andador subterráneo peatonal de la avenida San Antonio Abad.

El 16 de diciembre de ese año, con el mismo modus operandi, actuó en contra de Armando Rivas Pérez y el 21 de octubre, en similares circunstancias conoció a Juan Carlos Alfaro Alba, lo mantuvo secuestrado en un hotel y lo dejó maniatado. Por estos hechos se le sentenció por el delito de secuestros agravados diversos y homicidios calificados diversos a 139 años y 4 meses de cárcel.

Respecto a la cuarta causa penal, se comprobó que el 16 de diciembre de 2005 Marroquín conoció a Víctor Ángel Iván Gutiérrez Balderas y, mediante engaños, lo condujo a su departamento de la colonia Asturias, para quien negoció un rescate de 8 mil 300 pesos, y una vez que obtuvo el pago, privó de la vida a su víctima el 22 de diciembre de ese año.

En tanto, el 13 de diciembre de 2005 conoció a José Ricardo Galindo Valdés, por quien pidió un rescate, sin embargo la madre de la víctima le refirió que no tenía recursos para el pago, por lo que decidió dejarlo en libertad, no sin antes amenazarlo de muerte.

En este caso, por el delito de secuestro agravado y homicidio calificado, se le sentenció a una condenado de 81 años y 10 meses de prisión.

El sádico

Marroquín Reyes, alias “el sádico”, por un tiempo sembro el terror en la comunidad homosexual de la ciudad de Mexico, ya que con tan solo 25 años de edad se convirtio en un asesino serial consumado.

En sus propias declaraciones, Marroquín menciona que recien comenzaba en el “negocio” y que estos primeros crímenes eran una especie de entrenamiento, ya que lo que buscaba era conseguir víctimas cada vez más adineradas y obtener más dinero por los rescates.

Marroquín era ex militar que no mataba sólo: tenía como cómplice de sus secuestros a Enrique Madrid quien lo ayudaba a someter a sus víctimas y a deshacerse de los cuerpos. Este sujeto hasta el momento sigue prófugo de la Justicia.

Para el asesino, el echo de que sus victimas fueran homosexuales no tenía que ver con su orientación sexual, sino que le era más fácil que se le acercaran jóvenes gays. También aseguró no tener remordimientos y hasta sostuvo que le hizo un favor a la sociedad. Este insano también expresó que de salir de la cárcel seguiría cometiendo los mismos ilícitos y que durante el tiempo que dure su prisión refinaría sus métodos para no caer en los mismos errores y no volver a ser detenido.

Fuente: El Universal